Don Alvaro de Bazán, de Bodegas Granbazán, distinguido por la prestigiosa publicación Wine Spectator

La prestigiosa revista estadounidense Wine Spectator ha otorgado 92 puntos a Don Álvaro de Bazán 2021, la añada más reciente del vino de guarda que elabora Bodegas Granbazán en su finca del Valle del Salnés, dentro de la denominación de origen Rías Baixas.

En su nota de cata, la publicación describe este albariño como “una atractiva combinación de jugosa piña, nectarina, melón y lichi. Su perfil es ligeramente meloso, con una acidez vivaz y un fondo salado que le aporta concentración y frescura. Detalles de flor de huerto, jengibre molido, hueso y cáscara de naranja sanguina persisten en su sedoso final”. Una valoración que consolida a Don Álvaro de Bazán como una de las referencias más singulares y longevas del panorama vinícola gallego.

Desde su nacimiento en 2003, este vino ha tenido como propósito expresar con fidelidad el carácter mineral y estructural del paraje más elevado de la finca de Granbazán, una ladera orientada al norte con pendiente moderada, cuya altitud, ventilación constante y exposición solar regulada favorecen una maduración lenta y equilibrada de la uva.

Uno de los elementos clave de este vino reside en su complejo perfil edafológico. La parcela está asentada sobre suelos de xabre, una forma local de referirse al granito meteorizado, extremadamente pobre en materia orgánica pero excelente en drenaje. A escasa profundidad, aflora la roca madre granítica, lo que impone a las raíces de las cepas un esfuerzo constante para penetrar el subsuelo en busca de agua y nutrientes. Esta condición de estrés hídrico moderado, unida a la mineralidad natural del terreno, se traduce en uvas de pequeño tamaño, gran concentración y notable expresividad.

El clima atlántico del Salnés, con influencia oceánica, suaves amplitudes térmicas y elevada humedad relativa, encuentra en esta parcela una interpretación muy particular: una maduración más pausada que en otras zonas de la comarca, favorecida por la altitud y una ventilación que protege la sanidad del fruto incluso en años húmedos. El resultado es un albariño de gran tensión, estructura y potencial de guarda.

La producción total se limita a 9.000 botellas, reafirmando el carácter artesanal y exclusivo de este albariño de altura, destinado a consumidores y prescriptores que buscan longevidad, identidad y una interpretación profunda del terruño gallego.